¡Hola! Si quieres participar en el concurso

“Nuestro Obscuro Secreto”:

Debes dar clic aquí

viernes, 24 de junio de 2011

Pisadas de un errante caminar: Capitulo 4

Pisadas de un errante caminar
Capitulo 4/ parte1

Sueños


D
ebo aceptar que la mirada de Michael, me hacía temblar de pies a cabeza. Ojala tuviera la vivacidad de mi acompañante para pasar desapercibida ante este hecho. Pero no la tenía, y mi actuación era pésima frente a las personas conocidas. Así que no podía hacer nada, excepto observar.
  
Ben pasó la mayor parte del tiempo charlando con Chal, he intentando llamar mi atención. Pero debo admitir que lo último no funciono completamente, porque de vez en cuando me veía en la desagradable tarea de contemplar aquellos ojos grises, inescrutables, bien ocultos bajo el semblante helado de la furia.

Cuando los enfermeros trasladaron a aquella mujer del local a la camilla de emergencias. La "bruja" estaba temblando, y seguía murmurando, - esto lo pude saber por el continuo movimiento de sus labios- pero al menos esta vez no gritaba los endemoniados aullidos que me vi obligada a oír.

Diana salió detrás, de la que ahora sabia, era su madre. No se acerco, intercambio algunas frases con Michael. Quien se encontraba lo suficientemente alejado, como para asegurar que estaba en plena guerra con nosotros. Algo que realmente no venia al caso, porque ignoraba la causa de aquel aislamiento.

— Oye Chal— dije, interrumpiendo la animada charla que mantenía con mi "nuevo amigo".

— ¿Qué sucede Al? — la culpa había desaparecido de su voz, y eso generaba en mi un gran alivio.

Significaba que podríamos seguir hablando, sin resentimientos, e incómodos silencios de por medio.

— Michael está enojado con…—  me detuve. El incluir a ambos no valía la pena, ni figuraba en mi lista, así que finalice, cambiando un poco las palabras que emplearía en un principio - conmigo.
 Chanel me observo sorprendida, y estoy segura que estaba considerando en dejar pasar mi comentario por falta de juicio. Pero a pesar de ello se atrevió a seguir dándole hilo a lo que ella consideraba "el delirio a media noche de una adolescente casi muerta".
Si, no era nada gracioso emplear las palabras "casi muerta" en una frase, y aun menos oírla de tu más fiel amiga.
 Pero bueno, aunque me rehúse a aceptarlo, era la verdad
— ¿Qué te hace pensar eso? — inquirió, desviando su mirada de mi rostro al de Michael.
Revolee los ojos.
-En serio lo preguntaba-.
— Su forma de actuar, su aislamiento y… —  lo observe—  su mirada.
Chal se mantuvo en silencio por unos minutos, en los cuales pensé que ella había captado mi punto de vista. Pero me equivocaba.
Su rostro se convirtió en la nada, luego solo suspiro y elevo sus ojos al cielo.
Era acaso eso una burla.
— Al, solo estas imaginando cosas, el solo actúa así porque está preocupado.— Me aseguro — Dime si no actuarías de la misma forma si a él o a mí, Dios nunca lo quiera, nos hubiera pasado algo similar a lo que te ocurrió a ti esta noche.
 Lo considere, ella tenía razón, entonces…
¿Por qué no podía creerle? ¿Por qué me era tan difícil aceptar aquellas palabras?
Me rendí, y decidí seguirle la corriente, después de todo no quería generar también una disputa con mi mejor amiga.
Me encogí de hombros.
— Bueno, creo que sí — acepte, convencida de la mentira que intentaba dejar fluir.
— El solo está preocupado—  dijo una voz a mis espaldas, erizando cada vello de mi nuca.
Di un respingo.
Benjamín se encontraba detrás de mí, cómo y cuando había llegado ahí, ni idea, solo estaba ahí, respirando de la misma forma que lo haría un fantasma. Su vista estaba perdida, más allá de lo que sus ojos parecían ver, en alguna desconocida galaxia de su misterio.
— Lo siento  — se disculpo en cuanto se dio cuenta del susto de muerte que acababa de darme.
Bueno, estoy exagerando, no fue tanto.
— Ves hasta Ben lo dice.
— Pero no por las razones que has mencionado — corroboro Ben instantáneamente, intercambiando una rápida mirada con Chal.
Mi mejor amiga elevo una ceja, y en su semblante pude divisar la duda y el interés, generado por las palabras de nuestro visitante, aunque el ignoro - algo a lo que estaba plenamente acostumbrada - la reacción de Chal.
Gire hacia atrás, con el rostro bajo la cortina de los nervios, asomando por cada poro de mi piel, y la tristeza embaucada en mis ojos.
— Él está furioso — afirme, empleando la voz chillona de una niña en preescolar. Habito que fui olvidando a trabes de los años, pero que hoy nuevamente ejercía presencia en el momento menos pensado.
En serio, lo único que hacía falta ahora para finalizar uno de los tantos actos vergonzosos de mi rutinaria vida, era patear el suelo, y quedaría como una niña a la cual acababan de arrebatarle su peluche de buenas noches.
A pesar de lo ridículo del momento, no escuche la risa de Ben, ni siquiera una baja y oculta entre dientes, y eso me sorprendió, y porque no decir también me inquieto.
Cuando levante los ojos, el me estaba observando, no de la forma juguetona o burlona como veces anteriores, a decir verdad la mirada reflejada en mis pupilas era más bien… ¿seria?
Aquello era un cambio, la última vez que lo había visto así, tres días antes, había estado a un paso de abandonar mi existencia terrenal.
Él noto mi preocupación, e inmediatamente elevo las comisuras de sus labios en una clara, pero pequeña sonrisa. Como si su verdadera intención fuera brindar tranquilidad a mi corazón.
Y no lo negare, aquello me hizo feliz.
— Así es - convino— pero no contigo.
Fruncí el entrecejo.
Si no estaba furioso conmigo, entonces… ¿Con quién?
Estuve a punto de abrir la boca para plantear mi incógnita, cuando su siguiente comentario me interrumpió.
— Y también, debo agregar, un poco celoso…—  Ben parecía divertido—  bueno bastante si les soy sincero.
Chanel y yo lo observamos con la incredulidad fundida en los ojos.
— ¿Celoso? — dijimos a dúo, utilizando un tono un poco más elevado de lo normal.
—  Eso no puede ser — declare.
— Es algo imposible  — concluyo Chal.
Nuestro, técnicamente, "nuevo amigo" nos contemplo, viro los ojos, y luego comenzó a reír.
Tiro la cabeza hacia atrás, y volvió a vernos, esta vez con una expresión, como decirlo, normal. Aunque nada en lo que se relacione con mí pensar consideraba corriente en él.
— No es imposible Chal, en realidad yo también sentiría celos, si mis dos bellas amigas estuvieran estableciendo conversación con un completo extraño, y aun mas…— revolvió sus cabellos —  si fuera alguien como yo.
"OH si, ahora finge ingenuidad".
Chal soltó una risita, mientras sus mejillas se tornaban de un color más profundo que el de sus cabellos.
Revolee mis ojos del cielo al suelo, y luego los devolví a su antigua posición.
Enarque una ceja.
— Los celos solo reflejan el temor y la falta de confianza interior. Ningún sentimiento destinado a perdurar se basa sobre él.
Benjamín me observo, y para fomentar mi "buen humor", su sonrisa no desapareció.
 —Tus palabras tienen mucha verdad, Al. —Él avanzo varios pasos hacia mí, hasta dejar nuestros cuerpos a una distancia nada placentera para mi sereno respirar.
 —Pero te olvidas de un insignificante detalle "somos humanos", pequeños y débiles, seres demasiado egoístas, siempre dispuestos a salir huyendo ante el menor subimiento de marea.
Y mientras sus palabras quedaban grabadas en algún alejado rincón de mi memoria, pude comprobar que al menos doce centímetros de altura me rebasaba, guardando un acogedor espacio entre sus agraciados hombros.
No me pregunten el porqué pensaba todo esto, porque ni siquiera yo sabía la razón.
—Sigo considerándolos inútiles —admití, encogiéndome de hombros, negándome a ceder a sus palabras.
—Nadie atestigua lo contrario —replico Ben, mientras su mano derecha se perdía en los obscuros mechones de mi cabello ondulado—, simplemente es una parte de nosotros.
Luego sentí el deslizar de su mano desde mis cabellos a mi antebrazo, y mientras hablaba contemple a sus dedos marcar los mismos círculos trazados, cuando me encontraba en aquella, quisiera olvidada, habitación.
 —Fundidos en la carne de un ser d-e-m-a-s-i-a-d-o imperfecto.
Finalizo la frase elevando mi mano encarcelada entre las suyas, para luego dejarme el insistente cosquilleo del toque de sus labios sobre mi piel
—Eres hermosa—dijo, y no pude evitar sonreír.
—Y tú eres un payaso.
Si lo sé, no era la mejor réplica, ni la respuesta más apropiada a un cumplido, pero bueno, lamentablemente su anormalidad se colaba entre mis neuronas y era inevitable no hacer uso de ella cuando se me diera la oportunidad.
Dejo caer nuestras manos sin desunirlas.
—Entonces seré un payaso, mientras eso provoque en ti el nacimiento de una sonrisa.
Le mire inquisidoramenté.
 — ¿A caso te has convertido en un Romeo ambientalizado al siglo XXI? — pregunte.
Una fugaz sonrisa surco su faz.
 —No porque Romeo es un personaje extraído de un cuento de hadas. - señalo Ben.
— ¡Eso no es verdad! —Protesté— ¡Romeo fue real!
 Él desvió la mirada por unos segundos.
 —Está bien tienes razón, —aceptó —pero tú lo has dicho fue real, ahora solo es el alma en paz de un viejo veterano... —dijo, y por seguido sus ojos brillaron de una forma especial— y yo soy real.
Baje mi rostro, y lo balancee, mientras oía su risa colarse en los sentidos dormidos de mi ser.
Puedo jurar que olvide todo y a todos en aquellos momentos. El lugar, y las personas desaparecieron, no percibí sonido alguno, era como si estuviera atrapada en una esfera de cristal, obteniendo como resultado a mi yo confrontando a su otro yo.
Mis pies pisaron tierra solamente cuando oí el bajo, pero claro sonido de alguien aclarándose la garganta. Y ese alguien era Chal quien me alertaba de la llegada de Michael.
Instantáneamente me separe de Ben.
 No es que realmente considerara "ciertas", las palabras de este sujeto, pero si había una posibilidad, por más pequeña que fuera, no iba a arriesgarme.
 Los pasos de Alfred resonaron sobre el cemento; y mi corazón dio un gran respiro al comprobar que la distancia y frialdad de su mirada habían desaparecido. Ahora en las profundidades de sus pupilas grises solo habitaba la calma.
 —Ella está bien —nos informo—, los enfermeros dicen que solo fue un ataque de nervios. Al parecer no ha estado tomando correctamente sus dosis, y esto, se puede decir, que influyo bastante en el comportamiento de esta noche.
 Asentí, y creí que todo estaría bien desde ahora, pero...
 —No lo modifica —dijo una voz a mi costado. Y maldije por lo bajo al dueño de la misma por haber dado fin a la paz que creí haber alcanzado.
 Respire hondo y lo observe.
 No sé, si se habrá dado cuenta de la furia latente en mis ojos, y si lo hizo, no me prestó atención.
Su estado era calmo, y solo había ingenuidad e interés en su mirada.
 Michael frunció el entrecejo.
—  ¿Qué? - pregunto.
 Y él, el extraño, como si tratara de algo demasiado obvio revoleo los ojos.
— Digo que "no lo modifica", la situación sigue siendo la misma. No cambia en absoluto, ella debería estar en un lugar especial, y no continuar aquí, de la forma en la que lo hacemos nosotros.
 Lo observe, y a pesar de las locuras que merodeaban su cabeza, esta vez tenía razón.
 —Ben tiene razón—dijo Chal.
Desvié la mirada hacia ella y en sus ojos preocupados distinguí la sombra opaca de la culpa. Culpa que deseaba que ella olvidara...que todos olvidaran.
 — ¿Qué tal si la situación hubiera empeorado? y...
 —Pero no lo hizo —la interrumpí.
 Decir que estaba extremadamente cansada de este tonto juego, no era mentir; era acertar a los sentimientos existentes en mi interior y transformarlos en palabras.
 Benjamín me contemplo, y aunque esta vez no hablo, esto no impidió que sus ojos me dijeran más de lo que sus palabras pudieron haberme dicho.
 Sonrió.
— Creo que es hora de irme— anuncio.
 Gire completamente para verlo, y a mis espaldas escuche el lamento de Chanel.
Y aunque estuve tentada a preguntarle la duda interna que me acorralaba, no lo hice, porque, a decir verdad, conocía la respuesta al igual que él.
 Sus labios se torcieron en una pasajera sonrisa por última vez, antes de voltear, y perderse en el silencio de la ciudad.
 Tal vez, debería haberme desanimado e incluso disgustado, sin embargo no experimente absolutamente nada, porque quizás en el interior, en lo recóndito de mi espíritu, el enigma ya había hallado solución, pese a que yo aun no lo supiera.

...................... 


¡Hola! ¿como están? Lo siento, les he traido un poquito tarde el capitulo, `pero bueno al fin esta aquí, y espero les guste. Se cuidan muchisimo, y adiós.

2 comentarios:

D. C. López dijo...

Hola guapa!, pasaba a saludarte y desearte un lindo fin de semana, muak!!!

A ver cuando encuentro un huequecito y te leo, k tengo ganas.

Un besote y t me cuidas, vale?. Xao!!!

Anónimo dijo...

Hola! Buen capítulo!!!!
Fijate que yo tengo un nuevo blog y como es el primero que hago, me gustaria que te pasaras y comentaras.

johamsclan.blogspot.com

XOXO Ana Pao

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...