¡Hola! Si quieres participar en el concurso

“Nuestro Obscuro Secreto”:

Debes dar clic aquí

viernes, 10 de junio de 2011

Pisadas de un errante caminar: Capitulo 3



Pisadas de un errante caminar
 Capitulo 3/ parte 1
¿Bestia?

D
oble la esquina con el alma a punto de salirme del cuerpo. Mi pequeña cartera de mano ejercía mini saltos a cada instante. Mire mi reloj.
Llegaría tarde eso era más que seguro. Todo por culpa de mi madre y el millón de consejos que nunca se olvidaba de darme antes de permitirme salir.
La interrumpí en la numero veinte de su lista, la hora se me iba, había tardado en el tocador quince minutos demás. Sin dudas hoy rompería el récord de la hora oficial establecida en el libro de mis tardanzas
A lo lejos divise dos siluetas. Me estaban esperando
Chal fue la primera en recibirme. Avanzo en pequeños saltos la distancia que nos separada y me abrazo.
¿Qué te paso? me preguntó.
No podía hablar. Mi garganta estaba seca.
Pensamos que ya no vendrías dijo Michael, acercándose a nosotras.
Inhale varias veces antes de comenzar a hablar.
Ellos esperaron.
Lo que pasa... empecé. Pero antes de continuar, me dirigí a una de las viejas bancas de la plaza. Chal me siguió y tomo asiento a mi lado, Michael también, pero él prefirió quedarse parado. Levante mi rostro, sintiendo como en cada nuevo instante mi respirar y el latido de mi corazón, se hacían un sonido, calmo y silencioso. es que mi madre nunca terminaba su…
Lista A.T.Jterminaron ellos.
Sonreí.
Si baje mi rostro.
Mis manos se veían más vivas a la luz de atardecer, y no del blanco cal al que mis ojos estaban acostumbrados.
Nuestra primera excursión dentro de la feria fue dirigida a las tiendas de ropa y accesorios a pedida de nuestra querida Chal.
Mi mejor amiga me llevo a arrastra todo el camino desde los simples vestidores a los casi doscientos locales recorridos, Michael era el "Don paciente" que tenía que permanecer en silencio y no dar ninguna insinuación de cansancio o desacuerdo.
Al finalizar Chanel se compró un vestido, una falda y un bolso indígena tejido a mano, el cual lo mantenía ocupado con el millar de cositas pequeñas que habíamos comprado ; yo por mi parte obtuve unos jeans negros, y unas guillerminas en tela color cacao.
En una de las tantas idas y vueltas Michael se había conseguido unas gafas negras, y para mayor diversión de nosotras se probo con unas de esas camperas de cuero antiguo, y como le gusto el estilo se la llevo junto con las gafas.
¿Y qué hacemos ahora? cuestiono Michael, mientras colocaba adentro del bolso de Chal un collar de bisutería que estaba adornado en toda su superficie con formas de huesos, y una nueva baraja de naipes.
Mm. contesto mi amiga, pero antes de que acabara la oración que acababa de comenzar interrumpí. No deseaba más vueltas, tiempo y dinero perdido en los negocios, aún no era tarde y planeaba disfrutar de una noche repleta de algodón de azúcar y juegos.
— ¿Qué tal si vamos allá? apunte en dirección a la montaña rusa.
Chanel y Michael observaron.
A ti no te agrada la montaña rusa acuso Chal.
  ¿Quién lo dijo? inquirí.
Tu misma hace menos de media hora respondió satisfecha.
-Tenía razón-
Me encogí de hombros.
Ahora me gusta, lo dicho antes ya no tiene valor, solo es la nada sepultado bajo tierra.
Por el gesto que adopto quiso discutir, pero una mirada de Michael la detuvo. El también estaba agotado, así que un poco de diversión no vendría mal para despejar tres mentes cansadas, bueno dos, de ir y venir una y otra vez.
Luego de la montaña rusa, nos subimos a los autitos chocadores, y más tarde jugamos a "a ver quien apunta mejor”. Michael obtuvo la victoria, y se llevó un oso de felpa gigante, Chanel obtuvo un pequeño delfín, y yo el viejo títere de un payaso.
No es mucho, pero ya bastaba para el recuerdo de una tarde en el Gran festival. Lo pondría en la pared, junto a las demás chucherías de los años anteriores.
Lo guarde en el bolsillo de mi campera.
La noche comenzaba a refrescar, entramos a un mini bar, y escogimos una mesa aislada. Estuvimos hablando y riendo todo el tiempo, tanto que tuvieron que silenciarnos varias veces.
Por último, compramos, un batido de vainilla para Chal, y dos helados para Michael y para mí. Él escogió de sabor chocolate y dulce de leche, y yo de granizado y frutilla.
Salimos al exterior, entre risas y corridas. Nos sentamos alrededor de una estatua en los escalones de la misma. La plaza estaba adornada y llena de luces. Por todas partes se veía gente ir y venir, con cámaras, bebidas, a niños correr con sus mascotas, a payasos y malabaristas.
Toda la parte central de la ciudad, es decir, la plaza y las calles contiguas a ella estaban alumbradas por una luz especial. El ambiente era cálido y apacible, a pesar de los ruidos y el alboroto.
Todo estaba sucumbido por la alegría, y la paz parecía inundar cada frase…cada cuerpo, cada alma.
No pensé en nada, y me permití admirar la belleza que se extendía a mí alrededor. Hasta que unas de las conversaciones que Chal mantenía con Michael atrajo mi atención.
_No dicen que el robo fue después del ataque a la estatua…. Según lo que oí, el que haya hecho semejante cosa debe ser un maestro en el arte de confundir y actuar. ¿Sabes lo que significa engañar el sistema de seguridad del museo y el banco y luego salir como si nada?
Increíble contesto Michael admirado con media sonrisa en su rostro Si yo pudiera hacer eso….
Pero no puedes  le atajo Chanel.
¡Oye!, déjame soñar al menos.
No preste demasiada atención a lo demás dicho por ellos, yo me había quedado estancada en las palabras "robo" y "estatua".
El robo fue después del incidente con la estatua no pudo haber sido antes.- murmure en voz baja, pero no tan baja como para que mi curiosa amiga no me oyera.
  ¿Qué estás diciendo Al? me interrumpió.
La observe confusa.
Que estoy diciendo…
Así es tú hablaste sobre el incidente con la estatua y el robo, y te oías muy segura cuando dijiste que no pudo haber sido antes. ¿Verdad Michael? - Mi mejor amigo se inclinó de lado para verme mejor, no contesto pero su rostro lo dijo todo. Estaba de acuerdo con Chanel. - ¿Por qué? - y sabia que esa pregunta iba dicha por ambos, y aquello hizo resonar aun más la verdadera respuesta en mis adentros; pero no podía contestar aquello, además de que sonaba loco no me creerían. Así que si iba a contestar tendría que ser con los menos detalles posibles y rápidamente cambiar de tema, bueno no tan "rápidamente". No deberían darse cuenta de mi farsa.
Conté hasta tres antes de comenzar.
Es que ese día yo andaba por aquí empecé. Chanel frunció el entrecejo, y Michael adopto una postura más seria. Chanel tú lo recordaras, el miércoles llegue tarde al instituto por tal razón falte a Química, y tuve que recuperar el tiempo quedándome en la biblioteca por la noche.
Pero eso no tiene importancia dijo mi mejor amiga recostándose sobre la frialdad de la estatua de mármol aunque hubieras estado rondando a esas horas no serias la única, seguramente mucha gente más lo hacía. Nadie es adivino.
Fue antes estoy segura. Yo vi la estatua destrozada, y no había patrulleros ni nada que se le parezca a entradas del museo o el banco cuando anduve por ahí. Lo cual significa que fue después.
Si, puede ser. Lo que está comprobado es que el robo fue hecho a las doce y cuarenta y cinco de la noche y concluyo a la una. se detuvo, y contemplo la palidez que mi rostro había adquirido en esos momentos.
Yo había estado ahí cuando todo sucedió, yo era un testigo, bueno no en realidad, porque durante ese lapso yo había estado sucumbida en mi inconsciente así que era descartada; pero existía una persona que si había tenido sus cinco sentidos despiertos en esos momentos, y yo la conocía.
Lo que era sorprendente es que no hubiera notado nada irregular a mi despertar. No escuche sonidos de sirenas ni pasos que indicaran movimientos de gentío. Aquello era raro.
Pero Chal a esa hora tampoco había nada.
Ella puso los ojos en blanco.
Lo que sucede es que el robo recién se reportó al día siguiente dijo.
Michael y yo nos miramos en plena confusión.
¿En serio era posible aquello? ¿El banco y el museo no tenían el suficiente ingenio como para colocar alarmas en todos los lugares importantes o claves, como para prevenir el hecho de que la central no escuchara el primer aviso y siguiera el segundo?
Chanel entendió la indirecta.
Ya se los dije es un caso impactante dijo ella- cuando los empleados de servicio ingresaron para hacer su tarea de todos los días encontraron todo abierto, el guardia no se explicaba el cómo, según él había estado despierto toda la noche, y no había visto u oído nada fuera de lo normal, por eso fue aun más grande su sorpresa cuando le dijeron que todas las puertas estaban abiertas, sin rasguños ni marcas de fuerza, como si hubieran sido abiertas por sus llaves.
Guau   contesto Michael, yo solo asentí a tal comentario.
Y eso no es todo, lo curioso y lo aterrador es que los ataques se realizaron casi en el mismo instante, como si después de haber conseguido aquello, el tipo, hombre o lo que sea, se hubiera tele-transportado al edificio vecino.
  ¿Cómo saben que no fue otro?   inquirí.
Las huellas eran las mismas respondió mi mejor amiga restándole importancia a mi pregunta.
Yo quiero ser ese tipo.   Los ojos de Michael brillaron mientras hablaba.
Chal bufo.
Sí, como no.
Michael no le escucho, y una media sonrisa se formó en su rostro unos instantes, luego frunció el ceño y pregunto:
  ¿Y que se llevó?
Yo también mostré interés ante aquella pregunta.
Ella sonrió.
Nada respondió  , al parecer, tanta búsqueda no ayudo a saciar su deseo.
Nada repetí.
Ella asintió.
Michael estallo.
¡¿En serio?! Chal no respondió y eso fue un sí para Alfred Esto es increíble, es sorprendente. Entro a una bodega de objetos antiguos de valores extremadamente altos, y en un mar de billetes, y no se llevó nada. Algunas personas se giraban, otros se quedaban a escuchar las argumentaciones de mi mejor amigo. Varios hombres concibieron con Michael, tanto esfuerzo para nada, no es que estuvieran en contra de tal hecho, en realidad estaban agradecidos. ¿Saben lo que significa aguardar otro mes para sacar dinero solo porque un mal viviente se lo llevo? Es horrible, pésimo, y solo te deja el sabor amargo de la impotencia.
Volviendo al tema, lo que ellos quieren decir es que: si vas a arriesgar tu cabeza entrando a uno de esos sitios sin invitación, al menos llévate algo, aunque sea pequeño, para no dar por hecho que fue en vano tu entrada a la boca del lobo.
Nuestro paseo estaba acabando bien, dimos unas cuantas vueltas más, antes de mirar el reloj y tomar conciencia de que la hora fijada para nuestro regreso estaba pisándonos los talones. Michael viajaba a las diez de la mañana del siguiente día, y yo aún no había acabado mis deberes, ni estudiado una pizca para mis exámenes del día lunes. Así que en realidad, no solamente era una orden sino un compromiso para la paz en nuestras casas.
Nos deslizamos entre las últimas tiendas que rodeaban la plaza para salir calle abajo en dirección oeste.
Estábamos a punto de traspasar la línea divisoria entre la ciudad dormida y el festival, cuando Chanel se detuvo con una sonrisa perfecta pintada en su rostro, indicándonos que esperemos, delante de un puesto gitano.
Michael y yo avanzamos a tropezones el poco trayecto que nos separaba de nuestra dulce amiga.
Quedamos que el de la esquina sería el último protesto él.
Lo sé, lo sé, respondió ella, evitando su mirada. Pero… inclino la cabeza en busca de mi ayuda.
Podía deletrear cada letra de la respuesta correcta en mi cerebro: No Chal es muy tarde, va hacer un milagro si mañana aun te oigo por los gritos que recibiré cuando llegue. Olvídalo, mañana podemos regresar; recuerda que la feria no desaparecerá de la noche a la mañana.
Pero no, siempre tiene que ganar el corazón a la razón ¿verdad?
Una mujer alta y morena, nos dio la bienvenida. Sus ojos eran profundos y obscuros como la misma noche, en su interior parecían esconder más de un secreto, un conocimiento amplio puro y verdadero como la vida misma. Ella parecía mantener un lazo con algo más allá, algo que ninguno de los tres percibía ni tenía el gusto de ver.
¿En qué puedo ayudarles? pregunto con una voz suave y melodiosa. Su piel era fina y delicada, y el brillo singular que tomaba a cada tanto por la luminosidad captada en el interior de los brazaletes que llevaba en ambos brazos, atraían mi atención y el deseo cada vez mayor de llegar a tocarlos.
Son de plata me dijo, ante mí no fingida curiosidad, mientras Chal se hundía en un lago de toda clase de anillos, brazaletes, collares y otras pequeñas antigüedades que ella había predispuesto sobre la amplia mesa que se encontraba junto a nosotros.
Asentí.
No quería admitirlo pero la mirada de aquella mujer me provocaba escalofríos, a pesar de que se mostraba dulce y atenta; aquello solo me inquietaba más.
Chal, al final, se decidió por una hermosa cadena bañada en oro con una pequeña piedra azul incrustada en el centro.
¿Te gusta? pregunto, aunque sabía perfectamente que en realidad la respuesta que le diera no importaba.
Por supuesto, es hermosa. dije, paseando delicadamente las yemas de mis dedos sobre ella. - te va a quedar muy bien.
"Si"
Mi mejor amiga estaba radiante.
Aquella mujer, que se había mantenido callada hasta a ese momento, nos ofreció leernos la fortuna, principalmente a mí. Yo la persona que menos creía en esas cosas.
Por supuesto me negué rápidamente, pero Chanel insistió tanto que termine cediendo - como siempre -.
Me hicieron sentar en una alta silla de roble que una joven, también de origen gitano, había traído para nosotros. Por su apariencia no podría tener más de diecisiete o dieciocho años, también llevaba dos grandes aretes y un largo collar que daba varias vueltas sobre su cuello antes de caer sobre su pecho en forma de triángulo.
El cabello lo llevaba peinado en dos trenzas perfectas, ubicadas sobre sus hombros.
Desocuparon la pequeña mesa dejando solamente dos velas blancas sin encender.
Michael que se había mantenido inmutable hasta esos momentos, uso un tono un poco extraño y desconocido, tal vez para nosotras con aquella joven.
Era sombrío, y helado, tanto que te llevaba a pensar, que en realidad no se estaba comunicando con uno de los empleados del local, sino con un peligroso asesino.
Agradecía el hecho de que nunca se dirigiera a mí de esa forma. Parecía tonto, pero daba miedo, bastante si les soy sincera.
A trabes de aquella irregular conversación que mantuvo nuestro amigo con aquella joven pudimos saber su edad, el colegio en el que asistía, y algunos otros detalles; como que formaba parte de una numerosa familia igual a la de Chanel, que jamás se quedaban más de un mes o dos en cada lugar, y que a causa de sus constantes mudanzas cada vez era más duro encontrar aceptación en los en los distintos colegios a los cuales podrían concurrir. Ahora mismo, por ejemplo, estaban esperando la respuesta de aceptación por parte de un colegio. Si la respuesta era negativa, sería el tercer año que no aprobaría cuarto año de secundaria.
Todo esto lo decía en tono casual como si estuvieras hablando del día o el río que cruza las orillas de la ciudad, pero yo sabia y estaba segura de que esto no era así. Un gran dolor y culpa enredaba el interior de sus palabras; y me recordaron a mí, en los últimos días cuando intentaba mentir acerca de mi estado de ánimo. Y rogaba a los cielos que en realidad no se me hubiera escuchado así, o si no estaba más que muerta.
Diana era o parecía al menos una joven sencilla, humilde y muy educada, no podía decir lo mismo de mi amigo, que se había estado comportando como un agente secreto de la CIA en medio de un extraordinario crimen sin resolver.
Y si llegaba a pensar eso, no me extrañaría, yo lo creería en cualquier momento si no abandonaba aquel tonto papel. Sin dudas a veces hay que creer, cuando dicen que la TV influye mucho sobre nuestras conductas, a veces sin que nos demos cuenta.
Y bueno cuando la cosa se estaba poniendo, como decirlo de la manera correcta, digamos "medio caliente", volvió a aparecer aquella mujer acompañada por una anciana.
Diana hizo una inclinación de cabeza y luego se despidió de nosotros, antes de entrar - bueno correr- hacia la habitación interior del local.
Siendo sinceros, que más podríamos esperar, mi buen amigo la había espantado.
Me reí por lo bajo, y Chal adoptó una de sus familiares caras de "no entiendo nada" que siempre hace.
La mujer mayor tomo asiento, quedándose en mi frente. Me sonrío, y no fue una sonrisa amable, más bien fue sarcástica.
Elizabeth Wells pronuncio mi nombre, y un escalofrío aun mayor de los que había sentido aquella tarde me invadió.
Asentí.
¿Qué más podía hacer?
Prefiero que me digan Alma -dije, e instantáneamente me encogí ante aquellos diminutos agujeros negros que me observaban, estoy más acostumbrada a él.
Oh fue lo único que dijo ella. Y no me dejo en claro si cedería o no a mi petición.
Como en los cuentos en donde la bruja mala saca una esfera de cristal, ella también lo hizo, de donde no lo sé, solo lo hizo. Prendió ambas velas que estaban dispuestas en la mesa, y ordeno a la mujer gitana, que nos atendió en un principio, apagar las luces. Bajo el suave resplandor de las velas, el personaje de una bruja sentaba aun más a su atuendo.
Su cabello blanco descendía suelto sobre su antiguo ropaje proveniente de varias décadas pasadas.
Me pregunto si por ahí tendrá también una escoba para salir a volar los días de luna llena.
No pude evitar no sonreír ante la idea, y como si ella lo adivinara, dijo:
Yo en vez de andar pensando en escobas y cuentos de hadas, me preocuparía por lo que podría pasarme en los siguientes días, y no por lo que veo, o creo ver en los demás.
Chanel se inclinó rozando mis mejillas con sus cabellos rojizos.
¿Escobas y cuentos de hadas?pregunto incrédula.
Me encogí de hombros.
 Ella está loca articule los labios sin dejar escapar el sonido.
Ella soltó una risita y volvió a su posición anterior.
Michael se encontraba recostado sobre el marco de la puerta, con el entrecejo fruncido, me pregunto si el también creerá que esta señora estaba loca. Porque yo estaba segura.
Elizabeth, vamos a comenzar otra vez aquel nombre. No podía llamarme simplemente Alma tanto le costaba.
Como si ella pudiera entender mis pensamientos a través de mi expresión, contesto:
Lo siento, se disculpo pero pensé que te gustaría escuchar el nombre por el cual solía llamarte tu madre.
Ahí me tomo desprevenida.
¿Mi madre?
Mi madre, de ella no sabía casi nada, aun guardaba algunas fotos viejas de su casamiento con mi padre, y su estadía en mi antigua casa, pero aparte de eso no recordaba nada, absolutamente nada.
Así es asintió tu madre solía llamarte así todo el tiempo, me resulta raro que no lo recuerdes. Eres muy perceptiva, y tienes un gran talento psíquico. Podrías ser una gran…
No la interrumpí, y fue un poco más brusco y sorpresivo de lo que esperaba.
 No quiero ser nada de eso, no quiero tener que ver con nada de eso "nunca" puntualiza la última palabra.
Aquella mujer me observo, y sus diminutos ojos negros se elevaron en una sonrisa junto con sus labios, a la par que decía:
Pero aunque no quieras ya estás metida en ello ¿verdad? Tu problema es la negativa que impones a admitirlo.
Y aunque me ceguera a la verdad aquellas palabras eran ciertas.
Chanel me observo entre confusa e intrigada con el ceño fruncido. Michael abandono su vieja postura, y adquirió una más firma. Su rostro se volvió oscuro bajo los mechones enrulados que cubrían su frente y la poca luminosidad que ofrecían las velas.
La "vieja bruja" dio una señal a sus aprendices, y estas se movieron a la par. Como supo Diana cuando venir sin ser llamada, ni idea; pero a veces es mejor no pensar en ciertas cosas sino solo dejarlas pasar. Además, mi cabeza ya estaba llena de esas "cosas" como para agregar una más a la lista.
Desplazaron a mis amigos hacia la vereda, donde aun transitaba gente de aquí a allá, no como antes debido al horario, pero aun a si lo hacían.
Ellos por supuesto se negaron, la actitud de Michael a no abandonar su lugar me sorprendió aun más. Cierto no era el mejor lugar, ni aquella bruja era la mejor compañía. Pero no era para tanto, NO estaba junto a un asesino ¿o sí?
Él le dedico una larga mirada fría antes de retirarse.
Hice un gesto de auxilio a Chanel, pero esta solo se encogió de hombros y sonrío.
Aquella pequeña habitación quedó en un eterno silencio de muerte durante unos instantes, solo dejando el dulce sabor a inciensos vagar en el aire.
Muy biencomenzó ella, y yo me gire para afrontarla. - ahora que estamos solas y en paz. Comencemos.
Asentí, y rogué al cielo que no se notara en mi rostro, el fuerte vuelco que dio mi estomago cuando la observe sonreír.
Tu vida parece a ver sido muy complicada, y también dolorosa dijo mientras desviaba su vista de la esfera a mí.
No tanto intente aflojar el peso de aquellas palabras, pero fue inútil.
 No necesitas fingir conmigo Elizabeth, puedo ver todo de ti se inclinó hacia mí —, tus ojos son como dos grandes fosas de agua limpia y hasta el menor disturbio se reflejan en ellos como grandes olas en un océano pacifico. Muy perceptible como veras.
O sea, que según esta mujer no podría mentir.
No le puede mentir.
Ella recuperó su antigua postura negando lentamente.
Puedes mentirme, si sabes cómo hacerlo.
Alce una ceja. Me estaba retando.
Ella volvió a negar, y concentro toda su atención en aquella pequeña esfera de cristal que se encontraba entre nosotras
Porque no nos olvidamos de este asunto.
Estuve de acuerdo.
- Yo era la primera en querer escapar de aquel asunto…de todo ello -.
  ¿Te ha pasado algo estos últimos días? Previendo la respuesta que le iba a dar agrego algo raro o fuera de lo normal ¿tal vez?
No conteste, me limite a observarla, no estaba segura de la privacidad que ella otorgaba a sus clientes y no iba a enlazarme la soga al cuello sola, para luego ahorcarme. No estaba tan ida.
En vez de contestar su pregunta, formule otra:
Usted es adivina ¿no?Ella bajo el rostro lentamente en un claro "si" ¿No debería saberlo usted?
Por un momento pude observar como la furia y el odio debatía en su rostro.
Claro contesto al fin. —, solo quería saber cómo habías logrado despertar algo del inmenso poder que te cubre. Pero bueno como veo que no estás dispuesta a cooperar, lo haremos a mi forma.
Trague saliva.
Puso las manos sobre la esfera, y antes de perderse completamente en ella. Me observo.
Necesito que te concentres, en los últimos días, en tus últimas acciones dijo con una voz profunda y helada en aquello que provoco temor, odio o algún otro sentimiento lo suficientemente fuerte para enlazar tus recuerdos, y saber la razón, que tanto prefieres ocultar.
Me limite a asentir sin el menor ánimo posible
Los ojos de la bruja se perdieron en la intensa luz azul que desplegaba la esfera, y al poco tiempo yo también caí hipnotizado en ella.
Al principio todo lo veía nubloso, pero a medida que pasaba el tiempo, mi vista se aclaraba, bueno algo en realidad, porque todo lo seguía viendo como si de un sueño se tratara, borroso y sin sentido.
Observe la lluvia caer sobre mis pies sin ser mojada, la plaza y los edificios contiguos antes de la inauguración de la feria.
Era de noche, una obscura noche lluviosa. Camine sin saber bien a donde, solo me dedicaba a dar un paso tras otro, dejando que mi cuerpo deambulara sin razón aparente.
Trace el mismo camino que había tomado aquel miércoles, el día en que todo comenzó.
Me detuve, escuchando el repiqueteo de la lluvia bajo el cemento.
Tal vez a eso se refería aquella mujer cuando me pregunto si me había ocurrido algo extraño últimamente; y si eso era verdad.
Mire a mí alrededor.
Esto no era un sueño….era un recuerdo.
¿Sería eso verdad?
El cielo tormentoso se alzaba sobre mí, y mientras pensaba y los minutos transcurrían observe como poco a poco se despejaba.
Pero si eso era cierto que hacía yo aquí, no debería recordar esto porque yo no lo viví, debería encontrarme…
Comencé a correr.
Oh genial, la lluvia no era real, pero mi cansancio "si".
Atravesé el pequeño sendero tomando un atajo entre los arbustos y los árboles, esquivando una que otra rama, y provocando rasgaduras en mis rodillas y tobillos.
¿Por qué las sensaciones tenían que ser tan reales? Solo faltaba la sangre y pensaría que, a pesar de lo borroso, era real.
Detuve mi paso, a medida que iba observando la claridad que despedía el sitio sur de la plaza con sus gigantes faroles del siglo anterior.
Y entonces lo vi o me vi.
Bueno lo que sea, la cuestión es que ahí estaba mi otro yo cuando apenas me despertaba del primer sueño terrorífico después del ataque de la bestia - de la que aún no sabía absolutamente nada-.
A cierta distancia, aquella mujer también contemplaba, con el semblante en blanco, aquella escena. Y pude notar como un ligero rubor cubría mis mejillas. -Oigan aquel era mi momento, no uno para que todo el mundo lo espiara-. Así que me acerque sin vacilar ni un momento, a grandes pasos, con la furia hablando en mis ojos.
Toque su hombro. No reacciono.
Ella seguía perdida, quién sabe en qué loco universo de su mente, con la vista clavaba en aquellos jóvenes. O sea, en él y en mí.
Observe como se ponía de pie y a mí "otro yo" le tendía la mano para que se pudiera levantar.
Su espalda era fuerte y hermosa, a pesar de los cientos de cicatrices que llevaba en ella.
No podía observase bien debido a la distancia en la que me encontraba, pero desde aquí, bajo las sombras, su imagen brillaba aun más. El blanco de su piel era exquisito, y desee estar aun más cerca para oírlo hablar, y aspirar el dulce aroma que emanaba su cuerpo, el cual no lo había sentido en nadie e incluso creí haber olvidado; pero ahora que me encontraba a unos metros de él mis recuerdos lo revivían y anhelaban.
El era una perfecta obra de arte, un encantador príncipe de cuentos de hadas, pero no parecía alguien real.
Y creo que jamás lo seria, al menos para mí, si seguía sintiéndome de esta manera.
Los segundos de felicidad duraron poco, de repente oí hablar a mi compañera -casi olvidada - bueno en realidad antes de hablar, sería mejor decir, murmurar algo inentendible entre los dientes.
Su postura era distante y temblorosa. Cosa que no me había fijado por la distracción del momento.
Volvió a murmurar algo, y esta vez si la escuche:
"Demonio"
Y aquella palabra me hizo temblar de pies a cabeza.
"Demonio".
Observé a aquel joven.
Ella estaba diciendo que eso era él: un demonio. No eso no podía ser verdad ¿o tal vez sí?
Observe a mí otro yo perderse en la negrura de la noche, la silueta de ambos alejarse, dirigirse a- donde yo estaba segura era - mi casa.
La bruja giró instantáneamente. Y no pude evitar sofocar un grito de horror, mientras retrocedía torpemente los mismos pasos que había avanzado. Sus ojos estaban en blanco, y su frente marcada por numerosas cicatrices que se tornaban a un rojo oscuro. ¿Acaso era sangre?
No tuve dudas cuando de ella vi decaer gotas, gotas pegajosas de una sustancia familiar. Aquello generó que mi estomago se revolviera y me dieran ganas de vomitar.
Pero este no era el lugar ni el mejor momento para ello.
Tú... me apunto, y pude observar como sus dedos temblaban. Su cuerpo lo hacía. tú has pactado con la bestia
Y mi cuerpo tembló ante aquella acusación.
Si estaba más que loca, eso era seguro, pero no podía evitar sentir miedo…miedo y desolación al no entender nada. Ni porque estábamos aquí, ni que estaba pasando, ni siquiera su estúpida reacción ante aquel suceso.
Un momento, no era tan estúpida si había llegado a ver a la bestia que me ataco. La bestia…tal vez a eso se refería. Pero yo no había acordado ningún pacto con ella. ¿A caso no había estado cuando sus garras trataron de traspasar mi piel? ¿No lo había visto? Esto no tenía sentido alguno, así que hice lo único que me quedaba por hacer arriesgarme al océano de las locuras de un demente.
  ¿Bestia? di un paso, y ella lo retrocedió al mismo tiempo. ¿A qué te refieres? Yo no he pactado con nadie
Ella no me escuchaba, ella estaba otra vez aislada en su mundo. Sus frágiles manos sostenían su cabeza mientras una lucha interna desequilibraba su exterior.
Observe dolor, confusión, y una que otra sonrisa extraña. Sus labios se conjeturaban en muecas horrorosas.
Y no entendía.
Oiga ¿Qué pasa? ¿Por qué hace eso?
Ella retrocedía cada vez más.
¿Y por qué se aleja?
Aquella mujer no hablaba se limitaba a vagar en su locura. ¿O tal vez eso era lo que yo pensaba?
Di dos pasos más al frente.
  ¡Míreme! grite. La bruja abandonó su murmullo
      Usted dijo que yo no podría mentir, no en su presencia, y no lo estoy haciendo. Míreme me acerque más a ella.
Pero esta vez vi horror en sus ojos… y desesperación, mucha desesperación. Y cada vena de mi cuerpo se congeló. Ella tenía miedo, me temía a mí.
Pero, ¿por qué?
Me detuve, y ella se encogió como un niño pequeño.
Tus ojos no mienten dijo en un murmullo apenas audible.
Levante la vista.
Porque ahora yo era el monstruo ¿no?
Entonces dije con esperanza en la voz, esperanza que se derrumbó
 apenas la escuche hablar.
Pero aquello puede ser una mentira disfrazada de verdad. Tú puedes estar siendo controlada por la bestia, esperando el justo momento para atacar.
¿Atacar a quien?
"A ella".
Vale, ya había hundido demasiado mis zapatos en los campos de la locura, y sin dudas iba a costar dejar de lidiar con aquello.
Oiga. avance en dirección a ella, y por primera vez no se alejó.
Su cuerpo dejo de temblar, y el silencio fue completo cuando sus labios dejaron de susurrar palabras en aquel dialecto extraño.
Todo estaba mejorando.
Tal vez había creído en mí, y por fin se olvidaría de aquel pacto, aquella bestia y de las acusaciones sin sentido que había recibido por su parte.
Pero yo me equivocaba, y mucho…
Apenas mis dedos rozaron su hombro, ella giró bruscamente y la ira ocultó su rostro bajo la más obscura de las expresiones.
Y si antes la había creído loca, ahora lo era sin dudas.
En un instante aprisiono mi cuello entre sus manos. Sus avejentados y frágiles dedos se convirtieron en cadenas de hierro para mi liberación.
Intente una y otra vez pero me era imposible escapar.
Mi respiración era cada vez menor -"me estaba asfixiando"-.Necesitaba hacer algo, o todo acabaría más pronto de lo que había comenzado. Y entonces cuando estaba a punto de aceptar mi fin, todo se volvió borroso, y la última imagen que mi mente guardó de aquel horroroso suceso fueron los ojos y la expresión endemoniada de aquella mujer.
Pero antes de caer nuevamente en la inconsciencia escuche su voz. Luego todo fue luz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Hola! De nuevo yo aqui, solo paso para decirte que tienes premio en mi blog, pasate por la entrada "Premios" y ahi lo veras.
Nos estamos leyendo.
Un beso

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...