Estás tan preocupado por las cosas pasajeras, que no te has detenido a mirar. Existe alguien que te necesita, está gritando tu nombre, sin embargo, has quedado sordo, no oyes más que los ruidos de una atareada sociedad.
Tan ciego estas en las distracciones que el mundo te ofrece, que poco a poco, sin estimarlo, vas cayendo en la rutina cruel. Haz perdido tus sueños, o mejor sería decir, que los has abandonado en un viejo baúl, creyéndolos imposibles, porque es aquello lo que has escuchado decir de boca de los demás.
Sin embargo, en esta obscuridad he visto a un ángel desplegar sus alas. Dime, ¿podrías ser tú? Aquel por el que mis ojos se vieron anegados de lágrimas. Dentro de ti, existe una luz, y es por eso por lo que también eres un mensajero.
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