Historias y Poemas

¿Qué es la felicidad?

Pequeña niña que sostengo entre mis brazos, tesoro de mi alma y mi corazón.

-¿Por qué la tristeza te invade y el dolor te hace suya?-

Mi niña pequeña no sufras, yo estaré contigo. Cuéntame, hazme saber la duda que hay en tu corazón, aquella que ciega tu alma, impidiendo la volar.

-¿Cuál es la incerteza?

Regálame tus palabras, déjame escuchar tu voz.-

Temerosa te muestras, inquietud roba tu miraba.

-Habla mi niña.
No prometo solucionarlo
pero si intentarlo.-

Tus labios delicados suavemente describen las palabras.

— ¿Que es la felicidad...? — Te observo.

Intento encontrar las palabras adecuadas para describirla, mas inútil es. Pequeña palabra de tan difícil entendimiento.

El silencio me roba las palabras, curiosidad sientes, no entiendes mi sentir.

— Felicidad es...

- Como explicártelo mi pequeño ser de alas invisibles.-

Atentas te muestras, muevo lentamente mi mano, acaricio tus cabellos.

— Felicidad es un sentimiento muy especial... es como el amor, por más que lo busques no se deja atrapar. En mi caso, tal vez, sea un poquito diferente que en el tuyo

— ¿Diferente?

— Así es, para mí la felicidad es tan importante como el agua lo es para ti para vivir. Sin ella no habría soles, y mi esencia... bueno no tendría esencia, no tendría alma.

—  Ange... ¿y cómo la reconozco?

— Reconocerla es sencillo, lo complicado es sentirla, muy pocos saben dónde buscarla y tienen la dicha de encontrarla. Es a mí entender un sentimiento cálido que llena nuestro ser, crees volar y nada te parece imposible. La felicidad es muy hermosa pero también egoísta no le gusta ser compartida; apreciada es por todos, pero ella no parece darse cuenta.

— ¿Lo comprendes?

Agachas la mirada estudiando cada palabra dicha por mí.

— ¿Por qué dices que tal vez no tengas lo mismos significados para mí?

Mire al cielo nocturno aclarando mis pensamientos.

¿Cómo te lo explico?

— Veras mi pequeña — susurre en tus oídos—, ustedes los humanos pueden sustituirla o al menos eso parecen creer. Seres superiores se proclaman, vivir sin ella es imposible, mas reflejos pueden crear, situaciones o momentos clonados se ven vistos desde afuera, pero por dentro instalado esta el vació... amigo que llega sin ser deseado, solo para coronarse rey. También existen personas que viven sin existir, prefieren olvidarla ocupados por los cambios no se quieren entrometer, acostumbrarse es más fácil que esperarla y debo aceptar que no hay verdad mayor que esa. En nosotros es diferente... yo estoy aquí para hacerte feliz o intentarlo, hacerte la carga menor para que puedas vivir sin tantas complicaciones. Es nuestro único propósito, futuro, llámalo como quieras — dije. Reí despacio para evitar más incertidumbres en ti.

— Mi felicidad eres tú... soy feliz solo con estar a tu lado y sufro mucho si algo provoca miedo o tristeza en ti. Por eso ángeles como tú no deben llorar. Larga es su vida y muy corta a la vez, no vale la pena preocuparse por el futuro, mariposa traicionera que vuela de aquí allá, enredándolos una y otra vez. Ustedes pueden conformarse con el “yo”... en mi caso no hay posibilidad. — Serio intente sonar, algo imposible en mí. Reí nuevamente sin desear.

Te observe.

— Conteste o aclare un poco al menos tus dudas — pregunte intrigado.

Asentiste, pero la verdad te descubrió.

— Te parece si hacemos un trato.

Tus ojos curiosos brillaron, solo para convertirse en estrellas de mi obscuro corazón.

— Hoy he contestado— me detuve —, o al menos, intente contestar tu pregunta ¿verdad?

Un suave “sí” tus labios pronunciaron.

— Bueno mañana puedes preguntar lo que hoy no te pude responder... ¿te parece? —Decepción observe en ti.

— Oh vamos...sueño te quiere llevar a su hogar. Se va enojar contigo si no haces caso... — te reproche.

Lentamente asentiste, y en mi pecho te acurrucaste princesita amada. Cerraste tus ojitos castaños y te dejaste llevar a ese mundo de castillos y dragones, a ese mundo donde puedes volar sin alas.

-Privilegio el mío de poseerte y poder formar parte de tu vida-.

— Sabes una cosa... felicidad siempre me visita — suspire—,  siempre que contigo puedo estar.

Silencio nos abrigo en sus brazos, mientras el viento me acompaño tarareando hermosas canciones de amor dedicadas a mi cielo más amado... tú.

-Princesita de este mundo... reina del mío-.